Rusia exige a Estados Unidos que deje de armar a Ucrania

Tras sus cautelas al inicio del conflicto, Joe Biden está ampliando el abanico de armamento para Kiev.
El Gobierno de Rusia exige a Estados Unidos el fin de la entrega de armas a Ucrania. Lo ha hecho mediante una nota oficial según ha desvelado el embajador ruso en Washington, Anatoli Antonov. En una entrevista en el canal de televisión estatal ruso Russia-24, Antonov criticó el último paquete de armas por valor de 738 millones de euros de Washington para Ucrania.
Moscú denuncia que Washington entregará a Kiev «una cantidad enorme» de armas y avisa de que esto «no contribuye a encontrar una solución diplomática o a resolver la situación». Más envíos podrían traer «consecuencias impredecibles», según dice la nota, a la que tuvo acceso ‘The Washington Post’. Las líneas rojas de Joe Biden siguen siendo: nada de tropas estadounidenses sobre el terreno y ni hablar de esa anhelada zona de exclusión aérea a cargo de la OTAN, pues podría arrastrar a la alianza militar a un conflicto directo con Rusia.
Biden dio a conocer su paquete de armas en un discurso desde la Sala Roosevelt de la Casa Blanca la semana pasada. Para Moscú la entrega de armas a Ucrania por parte de Estados Unidos es inaceptable y exige el fin de esta práctica», con la que Washington «está intentando agravar la situación». Estados Unidos equipará a cinco batallones de artillería para Ucrania y proporcionará nuevos drones que explotan al impactar.
Moscú está endureciendo el tono contra el suministro de armas a su rival. Las palabras de Antonov han llegado después de que los secretarios de Estado y de Defensa de Estados Unidos (Antony Blinken y Lloyd Austin, respectivamente) viajaran el domingo a la capital de Ucrania, donde se reunieron con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. El apoyo de EEUU es cada vez más variado. Las tropas estadounidenses están comenzando a entrenar a los ucranianos en Europa. EEUU envió un sistema de misiles patriot a Eslovaquia, que será operado por tropas estadounidenses, para que Bratislava enviase su sistema de defensa aérea S-300 a Ucrania. Hasta el momento Rusia sólo ha reaccionado con palabras a este refuerzo de los ucranianos.
«El objetivo [de EEUU] es evitar que Rusia esté firmemente asentada, que los intereses rusos se respeten en todo el mundo y que la voz rusa sea escuchada», ha lamentado Antonov.
Desde que el presidente ruso, Vladimir Putin, lanzó a sus tropas contra Ucrania el 24 de febrero, Washington ha gastado aproximadamente 3.100 millones de euros en el envío de asistencia militar a Ucrania. Ahora que Rusia ya no está cercando Kiev, EEUU parece menos preocupada que al principio sobre una escalada del conflicto. El mando europeo de EEUU en Stuttgart (Alemania) se emplea a fondo en mover tantas armas como sea posible desde los arsenales estadounidenses hasta la frontera de Ucrania.
Entre el armamento aportado destacan los Javelin, un arma antitanque que se lleva al hombro y dispara cohetes guiados por calor que se lanzan hacia objetivos a una distancia de hasta 4 kilómetros. Puede controlarse con una unidad portátil, enviando un proyectil de un metro de largo directamente contra el costado o la parte superior de un carro blindado. Las fuerzas invasoras rusas «son principalmente fuerzas mecanizadas» y EEUU ha dado prioridad a las armas que pueden ser desplegadas rápidamente y frenar a los rusos sobre el terreno.
Otras armas enviadas hasta ahora incluyen drones que pueden convertirse en bombas voladoras y armamento antiaéreo, principalmente contra helicópteros. Los famosos sistemas antiaéreos Stinger, se usaron para derribar aeronaves soviéticas en Afganistán. El sistema es relativamente inútil contra los bombarderos rusos que vuelan mucho más alto. El nuevo dron, llamado Phoenix Ghost, es un diseño desconocido hasta la fecha.
EEUU no ha aportado blindados, argumentando que los ucranianos no están familiarizados con esos modelos. Pero, tras las reticencias iniciales de Biden en cuanto a suministro de cazas, Ucrania ha recibido al menos piezas de aviones por parte de otros países, y así ha conseguido seguir volando sus propias aeronaves. Veinte aviones han vuelto a combatir tras una temporada en los hangares ucranianos.
También son importantes los obuses para mantener un flujo constante de fuego que puede usarse para obligar a las fuerzas rusas a mantenerse en las trincheras mientras avanzan las tropas de infantería ucranianas. Un escenario que puede darse en la nueva fase bélica de Donbas.