Azerbaiyán ataca Nagorno Karabaj: 6 claves para entender un conflicto heredado de la era soviética

El sonido de detonaciones de artillería y sirenas antiaéreas marcó este martes el reinicio de la disputa entre Armenia y Azerbaiyán por el control de la región de Nagorno Karabaj.

Durante años esta zona en el Cáucaso Sur ha sido un polvorín y en los últimos meses la tensión creció por el control del enclave separatista, reconocido internacionalmente como parte de Azerbaiyán y en el que viven unos 120,000 personas que se identifican como armenios.

Un frágil alto al fuego entre las partes se rompió este martes, cuando el Ministerio de Defensa de Azerbaiyán informó del despliegue de operaciones “antiterroristas” en áreas de esa región y emplazó a los líderes separatistas armenios a rendirse.

“Para que cesen las medidas antiterroristas, las formaciones militares armenias ilegales deben izar la bandera blanca, todas las armas deben ser entregadas y el régimen ilegal debe ser disuelto”, señaló el Ministerio de Defensa. “De lo contrario, las medidas antiterroristas continuarán hasta el final”.

Azerbaiyán dijo que había lanzado su operación en respuesta a la muerte de seis personas, incluidos cuatro policías, en dos explosiones de minas terrestres el martes por la mañana.

En la principal ciudad de Karabaj, Khankendi (conocida como Stepanakert por los armenios), se escucharon las sirenas antiaéreas y los disparos de mortero.

Los funcionarios de defensa en la región separatista dijeron que el ejército azerbaiyano había “violado el alto el fuego a lo largo de toda la línea de contacto con ataques de artillería y misiles”.

Otros representantes armenios hablaron de una “ofensiva militar a gran escala” y dijeron que había varios fallecidos, entre ellos mujeres y niños, aunque Azerbaiyán negó que tuvieran a los civiles como objetivos.

Azerbaiyán y Armenia han ido a la guerra en dos ocasiones por la disputa de Nagorno Karabaj, una a principios de la década de 1990, tras la caída de la Unión Soviética, y nuevamente en 2020.

Hace tres años, Azerbaiyán recuperó territorios en Karabaj y sus alrededores que habían estado en manos de Armenia desde 1994.

Y desde diciembre del año pasado, Azerbaiyán ha montado un bloqueo de la única ruta hacia el enclave desde Armenia, conocida como el Corredor de Lachin.

El corredor es la única carretera que conecta el enclave con el territorio de Armenia. Es una arteria clave para los suministros, y los residentes en Nagorno Karabaj denunciaron una grave escasez de alimentos básicos y medicamentos en los últimos meses.

Azerbaiyán acusó a los armenos de utilizar la carretera para introducir suministros militares, lo que Armenia negó.

1. ¿Cómo empezó todo?

El territorio montañoso de Nagorno Karabaj, una región de unos 11,500 km2 con una población de mayoría armenia, ha sido desde hace décadas objeto de disputa entre Azerbaiyán, donde está ubicado, y los habitantes del enclave, que son apoyados por la vecina Armenia.

En 1988, hacia el final del régimen soviético, las fuerzas azerbaiyanas y los separatistas armenios comenzaron una sangrienta guerra en la que murieron entre 20.000 y 30.000 personas luego de que el Parlamento regional de Nagorno Karabaj votara a favor de formar parte de Armenia.

Azerbaiyán intentó entonces reprimir el movimiento separatista, mientras que los armenios lo respaldaron.

Esto provocó, primero, enfrentamientos étnicos y, después de que Armenia y Azerbaiyán declararan su independencia de Moscú, una guerra a gran escala.

La primera guerra terminó con un alto el fuego mediado por Rusia en 1994, después de que las fuerzas armenias se hicieran con el control de la región y las zonas adyacentes.

 

En virtud del acuerdo, el territorio siguió formando parte de Azerbaiyán, pero desde entonces ha estado gobernado en su mayor parte por una república separatista autoproclamada, dirigida por armenios étnicos y respaldada por el gobierno armenio.

En el fondo de todo estaba una división territorial de fronteras que fueron establecidas en tiempos de la Unión Soviética.

Se dio un complejo entramado territorial que críticos han definido como una “especie de divide y vencerás” que hasta hoy repercute en varios Estados de la región.

2. ¿Cómo fue dividido el territorio?

El Cáucaso es una importante región montañosa que durante siglos ha visto cómo distintas etnias, religiones e imperios han reclamado su parcela de control.

Los modernos Armenia y Azerbaiyán que hoy conocemos se integraron dentro de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) cuando ésta se formó en 1920.

Nagorno Karabaj, también conocida como Alto Karabaj, es una región de mayoría étnica armenia, pero en 1923 los soviéticos entregaron su control a autoridades azerbaiyanas y se conformó como óblast autónomo dentro de la entonces República Soviética de Azerbaiyán.

Nogorno Karabaj está poblado por decenas de miles de armenios. Para ellos, esta región forma parte de la Gran Armenia, una idea que aglutina a los territorios que históricamente han sido poblados por la etnia cristiano-ortodoxa armenia.

Es decir, que en medio de una república mayoritariamente musulmana como Azerbaiyán quedó un territorio habitado por cristianos ortodoxos.

De acuerdo a Paulo Botta, experto en Medio Oriente en la Universidad Católica Argentina, este tipo de trazados de fronteras era una práctica común en la URSS “para evitar cualquier tipo de homogeneidad en todas sus repúblicas.

Un “’divide y vencerás’ en toda regla”, le dijo a BBC Mundo el año pasado, cuando estalló un nuevo episodio de violencia que dejó decenas de muertos.

Esta idea es refrendada por analistas como el historiador británico Simon Sebag Montefiore, quien en un artículo en The New York Times de entonces argumentó que “Stalin abrazó la misión imperial del pueblo ruso y diseñó la URSS utilizando su conocimiento de las disputas étnicas en el Cáucaso para crear repúblicas dentro de repúblicas”.

Este entramado de fronteras ha influido en varios conflictos étnico-políticos ocurridos tras la desintegración de la URSS, como las guerras chechenas de los 90, la de Georgia en 2008 y las de Armenia y Azerbaiyán.

3. Los “Estados fantasma”

Nagorno Karabaj pertenece a una especie de categoría conocida como “Estados fantasma”.

Son entidades que han expresado su deseo de ser Estados independientes, que tienen algunas características típicas, pero que no son reconocidos así por la comunidad internacional.

La politóloga Dahlia Scheindlin, especializada en relaciones internacionales, explicó a BBC Mundo que la mayor parte de estos “estados fantasma” han surgido en lugares donde ha habido conflictos de tipo etnonacionalista, lo que explicaría por qué muchos se encuentran en el antiguo bloque comunista de la Guerra Fría

“Durante la desintegración de la URSS, hubo una serie de conflictos etnonacionalistas y eso se debe a que era un imperio grande y en expansión, con muchos grupos etnonacionales diferentes. Y, cuando se dividió, una forma que encontraron estos grupos para rebelarse contra el liderazgo comunista fue abrazar sus identidades nacionales“, señaló Scheindlin tras el último conflicto.

La URSS tuvo la política de intentar cambiar la configuración demográfica de muchos lugares enviando a vivir allí a población étnicamente rusa, explicó.

“Todos estos intentos de hacer ingeniería con la identidad nacional a lo largo de los años llevaron a la rebelión contra estas dinámicas una vez que la URSS cayó”.

4. ¿Qué ocurrió en 2020?

La situación ha sido inestable desde hace años, con episodios de enfrentamientos que interrumpen los periodos de relativa calma.

El mayor choque militar desde principios de la década de 1990 se produjo hace tres años, durante seis semanas de intensos combates.

Azerbaiyán recuperó territorio y, para cuando ambas partes acordaron firmar un acuerdo de paz con mediación rusa en noviembre de 2020, había reconquistado todos los territorios que rodean Nagorno Karabaj -no el enclave en sí- en poder de Armenia desde 1994.

En virtud del acuerdo, las fuerzas armenias tuvieron que retirarse de estas zonas y desde entonces han quedado confinadas a una parte más pequeña de la región.

Desde finales de 2020, unos 3,000 soldados rusos han supervisado la frágil tregua, pero la atención de Moscú se ha desviado por su invasión a gran escala de Ucrania.

Un soldado armenio en los combates de 2020

5. El papel de Rusia y Turquía

Las potencias regionales han estado muy implicadas en el conflicto a lo largo de los años.

Turquía, miembro de la OTAN, fue la primera nación en reconocer la independencia de Azerbaiyán en 1991 y ha seguido siendo un firme defensor del país.

Se dice que los aviones no tripulados Bayraktar, de fabricación turca, desempeñaron un papel crucial en los combates de 2020, permitiendo a Azerbaiyán ganar territorio.

Armenia, por su parte, ha mantenido tradicionalmente buenas relaciones con Rusia. Hay una base militar rusa en Armenia, y ambos son miembros de la alianza militar Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) de seis antiguos Estados soviéticos.

Pero las relaciones entre Armenia y Rusia se han agriado desde que Nikol Pashinyan, que lideró enormes protestas antigubernamentales en 2018, se convirtió en primer ministro de Armenia.

Recientemente dijo que la dependencia de Armenia de Rusia como única fuente de seguridad era un “error estratégico”.

Luego, Armenia anunció este mes que estaba organizando ejercicios conjuntos con fuerzas estadounidenses, que fueron criticados por Moscú como “pasos poco amistosos”.

El presidente Vladimir Putin negó que Armenia hubiera roto su alianza con Rusia, pero declaró que Ereván, la capital de Armenia, había “reconocido esencialmente” la soberanía de Azerbaiyán sobre Nagorno Karabaj.

“Si la propia Armenia ha reconocido que Karabaj forma parte de Azerbaiyán, ¿qué debemos hacer nosotros?”, dijo Putin durante un foro económico en Vladivostok.

6. ¿Qué pasará ahora?

El acceso a la zona para observadores independientes es extremadamente difícil y no está claro el alcance de las actuales operaciones militares ni su duración.

Lo que está claro es la marcada enemistad que sigue existiendo entre los dos países.

El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, ha amenazado repetidamente en el pasado con retomar todo el territorio de Nagorno Karabaj por la fuerza, si fuera necesario.

En 2019, Pashinyan dijo a una multitud de armenios reunidos en la principal ciudad de Karabaj que “Artsaj es Armenia, y punto”.

Artsaj es el nombre armenio de Nagorno Karabaj.

Muchas naciones miran hacia esta zona del Cáucaso con el nerviosismo de que pueda emerger otra guerra en territorio exsoviético además de la que hay en Ucrania.

Europa quiere mantener la paz en Azerbaiyán, de donde importa 8,000 millones de metros cúbicos de gas al año tras sufrir la pérdida de suministro de gas de Rusia por el conflicto con Ucrania.

Pero el polvorín que representa este conflicto es una amenaza constante ante ese y otros objetivos geopolíticos de las potencias a su alrededor.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia dijo este martes que había sido advertido de la ofensiva azerbaiyana con sólo unos minutos de antelación e instó a ambos países a respetar un alto el fuego firmado después de la guerra en 2020.