La desesperada búsqueda de los detenidos desaparecidos en las cárceles de Siria
Miles de personas han “desaparecido” dentro del sistema de prisiones en Siria en más de una década de guerra civil.
Sus familias se encuentran en una situación desesperada, obligadas a pagar grandes sumas de dinero a intermediarios, funcionarios gubernamentales y de seguridad, para obtener cualquier tipo de información sobre sus seres queridos, con frecuencia sin ningún resultado.
En una calle principal en una colina del norte de Estambul, Malak, una mujer siria, recuerda el arresto en 2012 de uno de dos de sus hijos adolescentes.
El mayor, Mohammad, tenía 19 años cuando estaba en el ejército sirio y le pidieron que disparara a dos manifestantes en su propio barrio.
Se escapó, pero las fuerzas de seguridad hicieron una redada en la granja donde estaba escondido y lo arrestaron.
Poco después, su segundo hijo, Maher, también fue detenido: “Tenía 15 años y lo sacaron de la escuela simplemente porque su hermano había desertado”.
Malak no ha visto ni a Mohammad ni a Maher desde entonces, pero ha tratado una y otra vez de encontrarlos. La única forma en que ha logrado obtener alguna información ha sido pagando grandes sumas de dinero.
En la mayoría de los casos, estos pagos fueron hechos a intermediarios que trabajan para o están conectados con miembros de las autoridades sirias.
Por años, Malak trató con un abogado que le prometió información sobre sus hijos, principalmente Maher. Cada noche, le pedía dinero para pagar a intermediarios o a funcionarios de la prisión.
Con los años, Malak le pagó al abogado más de US$20.000, sin obtener nada. Malak siente ahora que fue engañada por gente que le mentía.
“Es como un hombre que se está ahogando aferrándose a un clavo ardiente”, dice. “Ellos explotan los sentimientos de una madre que busca a su hijo”.
En 2017, después de que ella misma fuera detenida por varios meses, Malak se fue de Siria con su hijo más joven, Ramez, y comenzó una nueva vida en Turquía.
Por todas partes en su pequeño apartamento hay fotos de sus dos hijos desaparecidos.
Malak tiene ahora más de 50 años, cabello pelirrojo y una gran sonrisa en su rostro de ojos brillantes. Pero su mirada esconde un dolor profundo.
Su historia está lejos de ser única. Muchos sirios están perdiendo enormes cantidades de dinero buscando a sus seres queridos desaparecidos.
Se asume que pagar sobornos es la única forma de lograr algo, incluso de encontrar información sobre personas que han desaparecido o para hacer que las liberen.
El problema no es que nunca funcione, sino que ocasionalmente sí.
Regreso de entre los muertos
Los orígenes de la guerra civil en Siria se remontan al levantamiento pacífico de 2011, cuando muchos salieron a la calle a exigir un cambio. Pero el brutal regimen de Assad reprimió a los manifestantes desarmados, y mató y detuvo a miles.
Mohammad Abdulsalam era uno de esos manifestantes. Fue detenido en un puesto de control en la ciudad de Idlib a comienzos de 2012. El agente le dijo que solo iba a ser interrogado por cinco minutos.
Lo encerraron en la notoria prisión de Seydnaya, 30km al norte de la capital siria, Damasco.
“Fui torturado de la forma más brutal y cruel“, dice.