¿Por qué las organizaciones criminales son el quinto “patrón” en México?

No importa el género. Uno de cada cinco empleos que se dan en México para hombres y mujeres; jóvenes y viejos; indígenas o no, tiene una firma de cárteles que buscan personal para el sicariato o como jornaleros, cocineros, traficantes, vigilantes, químicos, narcomenudistas, extorsionadores y modelos.

Entre los trabajos más novedosos es el de lancheros, según información de medios locales en el estado de Chiapas.

¿La razón?:  el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y del Pacífico están utilizando las presas hidroeléctricas como ruta para el tráfico de drogas y migrantes ya que se les les facilita el paso hasta Veracruz desde frontera Comalapa, Amatenango de la Frontera, La Concordia, Villa Corzo, Ocozocoautla y la localidad Malpaso.

Para lograr con éxito el paso necesitan también guías conocedores de las caminatas; de geografía e hidrografía y los reclutan de manera forzada, con intimidaciones de hacerles daño o a la familia o simplemente persuadidos por los salarios.

“A los jóvenes les pueden dar entre 20,000 a los 30,000 (entre 1,100 y 1,300 dólares)”, advirtió un poblador de la región para explicar por qué terminan enfrentados parientes, vecinos, amigos, haciendo daño a su propia sangre. El salario mínimo en México es de cinco dólares.

El 22 de septiembre pasado, un estudio del Complexity Science Hub de Viena publicado en la revista Science puso el foco en la estadística sobre el problema del reclutamiento de personal de las organizaciones criminales.   

“Ni a través de los tribunales ni a través de las cárceles se va a frenar. La única forma de reducir la violencia en México es cortar el reclutamiento de los cárteles”, advirtió el investigador encargado del estudio y expolicía de Ciudad de México, Rafael Prieto.

De acuerdo con esta investigación, los cárteles reclutan a alrededor de 350 personas por semana para hacer frente a las bajas que padecen por muertes (17%) y encarcelamientos que rondan los 200 en el mismo periodo.

Las autoridades mexicanas meten en prisión a poco más de  6,000 miembros de los cárteles cada año. Sin embargo, según las cuentas de Science, los grupos criminales de México cuentan actualmente con alrededor de 175,000 integrantes.

Si los carteles siguen al mismo ritmo de reclutamiento y violencia dentro de cuatro años podría haber un 40% más de muertes y las organizaciones crecerían un 26%.

Solamente existen cuatro empresas en el país que tienen un mayor número de empleados Femsa (discribuidora de Coca Cola), con 321,000 trabajadores; Walmart México, 231,000;  Manpower, 203,000 y América Móvil con 181,000 trabajadores.

Después siguen las organizaciones criminales: dos de cada 10 personas del narco pertenecen al CJNG y uno de cada 10, al Cartel de Sinaloa y, el resto, se fracciona entre las otras. Luego sigue Oxxo (168,000), Pemex (124,000), Coppel (114,000) y Grupo Salinas (con 100,000).

Si los carteles siguen al mismo ritmo de reclutamiento y violencia dentro de cuatro años podría haber un 40% más de muertes y las organizaciones crecerían un 26%.

PERFILES 

De acuerdo con cifras de organizaciones civiles, aunque  la mitad del personal del crimen (o quizás un poco menos) podría tener el perfil clásico de hombre mayor de edad, cada día suman más mujeres, niños y ancianos. De todos se aprovecha  la necesidad económica y, de los extremos de edad, las lagunas legales.

Según la ONG Cauce Ciudadano actualmente hay unos 75,000 menores de edad que están integrados a grupos de delincuencia organizada, y participan abiertamente en sus actividades porque en México antes de los 14 años las personas no son legalmente responsables de sus delitos, y después de esa edad hasta los 18 años reciben sentencias mínimas.

“Se trata de un foco rojo que debe ser atendido como consecuencia de la falta de oportunidades”, alertó el diputado Ricardo Mejía.

En una situación similar se encuentran personas de las tercera edad, según Marco Antonio García Acosta, comandante de Ordenamientos Judiciales en Reclusorios de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México.

A mediados de septiembre, el funcionario alertó de que los ancianos son utilizadas para cobrar dinero de extorsiones, el segundo delito de mayor incidencia a nivel nacional. 

Detalló que los criminales contactan a los viejitos y les piden que abran una cuenta bancaria para hacerles depósitos de programas sociales y ni se dan cuenta de que son parte de una cadena de delitos. “Cada que cada vez hay más personas de entre 70 y 80 años porque son inimputables y no estaban conscientes de ser engañados, no podemos proceder contra esa persona”.

LOS DESAPARECIDOS

“¿Para qué necesitan a los desaparecidos? Pues para que continúen la producción, distribución, circulación y consumo de los bienes y servicios ilícitos que ofrece esa industria criminal”, destaca Roberto González, autor de “La desaparición forzada en México, de la represión a la rentabilidad”.

El estudio defiende la tesis de que la crisis de los desaparecidos está estrechamente relacionada con el trabajo forzado en las diversas actividades de violencia, pero también de lavado de dinero, ingeniería para infraestructura, procesamientos químicos para las drogas y para la trata de personas.

En otros casos, la contratación es más sutil. De acuerdo con la Agencia Antidrogas de Estados Unidos ( DEA), ante la falta de cierto tipo de profesionistas especializados, los criminales revisan currículos en internet.

Analizan sus perfiles, piden información a las agencias de ofertas laborales y hasta en las universidades, los contactan y los citan para llegar a un acuerdo para que sus operaciones sean manejadas de manera especializada.

Así han montado equipos de abogados, contadores, ingenieros en sistemas, constructores, químicos y agroquímicos, notarios, pilotos y administradores, pero también médicos, enfermeras e ingenieros en comunicaciones.

Los sueldos mensuales, reveló, son de 50,000 pesos en promedio (alrededor de 2,700 dólares). 

Uno de los profesionistas más conocidos que trabajó para el narcotráfico es Juan Manuel Álvarez Inzunza, alias “El Rey Midas”.

El sinaloense, de 41 años de edad, lavó dinero para Ismael Zambada García, “El Mayo”, y para Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, desde diciembre del 2013 hasta agosto del 2015.

“El Rey Midas” fue arrestado en el 2016 y el 2 de junio del 2021 fue extraditado a los Estados Unidos, donde fue sentenciado a 15 años y ocho meses.